…me suplicabas desesperadamente que no,
entre sollozos amordazada,
y yo mas ajustaba los lazos
que de manos te sujetaban…
y tan loco reía sacado de mi….
…El poder…
que me brindaba humillarte,
pisarte y escupirte fuente inagotable de placer…
baje cien golpes a tu carne
con cera ardiendo gocé quemarte…
luego llegó la hora de acabar el juego
te desate y te curaste.
Sin mas satisfecha miraste la puerta
indicándome tan fría el marcharme
y no cabió en vos preguntarte
si acaso deseaba yo besarte.